Estas son las croquetas que se han preparado toda la vida en mi familia. Jugosas y muy sabrosas. Si os gustan las croquetas no os podéis perder esta receta, repetiréis seguro.
Ingredientes (para 40 croquetas aprox.):
200 gr de restos de pollo guisado o asado
75 gr de mantequilla o aceite de oliva
50 gr de harina
25 gr de maicena
1 litro de leche (mejor entera o semi)
1 cubito de caldo de pollo
Pan rallado casero
Huevo batido
Aceite para freír
Preparación:
Comenzamos
desmigando los restos de pollo con las manos, quitando bien los
huesillos esmerándonos en que no quede ninguno. Luego se pica un poco
más a cuchillo o con tijeras. De esta manera queda mucho mejor que
haciéndolo en una picadora, que nos quedaría una pasta.
En
una sartén o cazuela amplia derretimos la mantequilla con cuidado de
que no se nos queme, agregamos la harina y la maizena y sofreímos unos 2
minutos para que luego las croquetas no sepan a harina cruda.
Seguidamente añadimos el pollo y el cubito de caldo de pollo
deshaciéndolo bien en la masa y a continuación comenzamos a añadir la
leche a poquitos sin parar de remover. Veréis como va espesando poco a
poco, y la misma masa os va pidiendo que agreguéis más leche. Así hasta
terminar con el litro de leche. Dejamos cocer sin parar de remover a
fuego medio hasta que la masa se empiece a despegar de las paredes de la
cazuela o al remover con la cuchara de madera veamos un poco del fondo
de la cazuela y quede un poco de surco. Probamos y rectificamos de sal.
Retiramos
del fuego y pasamos la masa a una fuente, tapamos con film transparente
(que se pueda usar en caliente, yo uso uno que pone triple uso y se
puede meter incluso en el microondas) para que no se cree costra y
reservamos hasta que enfríe.
Una
vez que la masa esté fría podemos dar forma a las croquetas. Si queremos un rebozado crujiente; Pasamos
por pan rallado, huevo batido y de nuevo pan rallado.
En este punto se pueden congelar tal cual o podemos freírlas para comerlas en el momento.
Y si queremos un rebozado blandito y jugoso pasamos por pan rallado, luego por huevo y freímos. (Las de la foto están hechas así y os puedo asegurar que quedan buenísimas).
En este punto se pueden congelar tal cual o podemos freírlas para comerlas en el momento.
Y si queremos un rebozado blandito y jugoso pasamos por pan rallado, luego por huevo y freímos. (Las de la foto están hechas así y os puedo asegurar que quedan buenísimas).
Un
truco para que no se enfríen mientras se van friendo es poner el plato
con de papel de cocina para que escurran el exceso de aceite sobre una
cazuela con un poco de agua hirviendo a fuego bajo, o si estamos
cocinando otra cosa a la vez ponerlo sobre ello. El vapor mantendrá el
plato caliente y las croquetas estarán en su punto cuando las vayamos a
comer.
Que buenas Carmela, me encantan las croquetas , siempre tengo en el congelador, hay que ver de los apuros que no sacan y estas tienen una pinta deliciosa.
ResponderEliminarBesossss
Mmmm qué ricas!! Yo siempre hago la bechamel con harina de trigo, así que la próxima vez que las haga, probaré con maicena. Me han encantado. Un besin.
ResponderEliminarGracias Maky! Me alegro de que te gusten. La verdad es que son muy socorridas si, y es raro encontrar a alguien a quien no le gusten. Besossss
ResponderEliminarLorena, prueba la bechamel así, verás que no la vuelves a preparar sólo con harina. Queda mucho más suave y fina de esta manera. Besines
buena receta quedan exquisitas las croquetas :)
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