Os recomiendo prepararla de un día para otro pues congelándola se facilita mucho el desmoldado y los sabores quedan más acentuados dejándola reposar.
Ingredientes:
60 ml de agua
60 gr de azúcar
20-30 ml de whisky
2 cdas colmadas de café instantáneo
250 gr de chocolate de cobertura
6 hojas de gelatina o un sobre
400 ml de nata
3 huevos (si no se quieren usar huevos aumentar la nata a 500 gr)
50 gr de azúcar (25 gr para montar la nata y 25 gr para las claras)
Cacao puro para espolvorear
La base puede ser de bizcocho o galletas picadas con mantequilla. Si es de bizcocho se puede emborrachar un poquito con un almíbar clarito.
Preparación:
Cascar los huevos y separar las yemas de las claras.
Montar la nata, no excesivamente pues puede cortarse al unir el resto de ingredientes. Montar las claras y reservar.
Picar el chocolate y reservar.
Poner a remojo las hojas de gelatina.
Preparar el aro con la base de bizcocho sobre el plato o bandeja donde vayamos a presentar la tarta.
Poner el agua en un cazo al fuego y añadir el azúcar, dejar hervir 4 minutos removiendo para disolver el azúcar. Añadir el whisky y el café y dejarlo hervir 2 minutos más sin parar de remover. Añadir también la gelatina remojada y el chocolate picado, dejar hervir 2 minutos más removiendo sin parar. Reservar y dejar templar un poco pero sin que empiece a cuajar.
Echar la nata en un cuenco bastante grande y verter el chocolate templado por encima. Integrarla de forma suave con movimientos envolventes, de abajo a arriba. Cuando esté, ir añadiendo las claras y las yemas que teníamos reservadas, hasta que obtengamos una mousse blanda, pero firme a la vez.
Verter la mousse en el molde que teníamos preparado y llevarla al congelador. Al día siguiente se saca por la mañana,se desmolda, se espolvorea con el cacao y se deja en la nevera hasta el momento de consumirla.